MOSCAS
El término mosca es el nombre común de diversas especies de insectos voladores pertenecientes al orden de los dípteros (Diptera).
Las especies que pertenecen a la familia de la conocida mosca común (Muscidae) son moscas; algunas especies de familias próximas, como Calliphoridae o Sarcophagidae, reciben más bien el nombre de moscardones, dado su gran tamaño, su cuerpo peludo y el zumbido más grave de su aleteo. Otros dípteros reciben otros nombres, como los tábanos y los mosquitos.
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Las moscas típicas (Muscidae y familias próximas), como todos los dípteros, poseen un cuerpo dividido en tres regiones o tagmas: cabeza, tórax y abdomen. Poseen ojos compuestos por miles de facetas sensibles a la luz individualmente que limpian constantemente frotando sus patas, y piezas bucales adaptadas para succionar, lamer o perforar; ninguna mosca es capaz de morder o masticar, pero muchas especies pican y succionan sangre (hematofagia). Tienen dos alas funcionales y dos posteriores que están reducidas a unas estructuras llamadas halterios o balancines, que actúan como órganos estabilizadores del desplazamiento.
Tienen el cuerpo cubierto por numerosas sedas sensoriales con las que pueden saborear, oler y sentir. Las sedas de las piezas bucales y de las patas se usan para saborear; las moscas saborean lo que pisan ya que tienen en la parte final de sus patas los receptores del sabor; si pisan algo de un sabor que les sea agradable, bajan la boca y lo vuelven a probar, así sea de cualquier forma, les agrada los aromas que no son agradables al ser humano.
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Las patas poseen unas almohadillas adherentes que les permiten caminar sobre superficies lisas como el vidrio, incluso boca abajo.
Las moscas, como muchos tipos de insectos, son animales de sangre fría y sólo pueden recibir calor de fuentes externas, por lo que son atraídas por la temperatura corporal de las personas y otros animales, y es frecuente verlas tomando el sol.
Otra particularidad es que cada hembra pone 2000 huevos de media a lo largo de su vida.
Algunas especies de moscas muestran colores metálicos, debido a las delgadas estructuras nanométricas que componen el caparazón y las alas.
Su ciclo de vida es holometábolo; es decir, se suceden cuatro fases morfológicas: el huevo, la larva o cresa, pupa, y el adulto o imago. Algunas especies completan este ciclo en unos pocos días; otras, en uno o dos meses. Pero en general la vida promedio de una mosca es de 15-25 días. Sin embargo, no todas las moscas ponen huevos. Algunas especies son ovovivíparas; los huevos eclosionan en el interior de la madre, de manera que las crías salen al exterior ya en forma de larvas.
Viven cerca de la materia orgánica en descomposición (basura) y en sitios en los que haya materia fecal de animales. Los animales atraen a las moscas a las pocas horas de haber muerto. La mayoría de las moscas son diurnas.
Dado que la materia fecal y la carne en descomposición atraen a las moscas, se implica a las moscas en la transmisión de enfermedades infecciosas como la disentería, el cólera y la fiebre tifoidea, al contaminar los alimentos sobre los que se posan, las enfermedades diarréicas que son provocadas por enterobacterias del género Shigella, relacionadas con las moscas, tienen el mayor índice de mortalidad. También son vectores en la transmisión de epizootias, como por ejemplo la mosca tse-tsé, que propaga, por picadura, la enfermedad del sueño entre los bóvidos y el ser humano. Las larvas de algunas moscas producen miasis (gusaneras o bicheras) en el ganado (Cochliomyia hominivorax, el gusano barrenador del ganado) y en el ser humano (Dermatobia hominis).