Las hormigas suelen aparecer cuando encuentran tres factores clave: alimento, humedad y refugio. Restos de comida, productos mal almacenados, pequeñas fugas de agua o grietas en paredes y suelos facilitan su entrada y asentamiento en el interior de los locales.

Uno de los errores más comunes es recurrir a insecticidas domésticos en spray. Aunque eliminan las hormigas visibles, no actúan sobre el nido. Esto provoca que la colonia se disperse y reaparezca en otros puntos, agravando el problema. Además, en entornos donde se manipulan alimentos, el uso inadecuado de productos químicos puede suponer un riesgo adicional.

El control eficaz de hormigas debe realizarse de forma profesional. Es fundamental identificar la especie, localizar los recorridos y aplicar cebos específicos que las propias hormigas transportan hasta el nido, eliminando así la colonia de raíz y evitando reinfestaciones.

La prevención juega un papel clave. Mantener una correcta limpieza, controlar la humedad, gestionar adecuadamente los residuos y sellar posibles accesos forma parte de las Buenas Prácticas de Higiene y reduce considerablemente el riesgo de aparición de hormigas.

En nuestras visitas es habitual detectar pequeños descuidos que favorecen su presencia. Corregir estos detalles a tiempo evita problemas mayores. Ante cualquier duda o si detecta actividad de hormigas en su establecimiento, no dude en consultarnos.